Sincé (Sucre) 1905 - Cartagena (Bolívar) 1973
Óleo Wilfrido Ortega Rey
En 1917, por la misma época en que Antonio María Valencia recorría el país dando conciertos de piano, el niño Adolfo Mejía de doce años se ha iniciado ya en el mundo de la música. Vive en Sincé, Sucre, y escribe la partitura de Primicias su primera obra. Meses después con su familia se traslada a vivir en Cartagena.
Transcurre el tiempo de enseñanza media con la participación de Mejía Navarro en coros y conjuntos escolares. De 18 años se matricula en el Instituto de Bellas Artes para estudiar música con el profesor Juan de Sanctis. No es mucha, sin embargo, su permanencia en esa institución, tras abandonarla decide estudiar por su cuenta y simultáneamente recorre la Costa Atlántica en compañia de pequeñas orquestas organizadas por él.
En 1930 viaja a Nueva York donde, como intérprete de guitarra, integra junto con el mandolinista argentino Terig Tucci y el laudista catalán Antonio Francés el Trio Albéniz. Tres años después, pese a la buena acogida que tiene su trabajo, el trío se disuelve.
Mejía emprende regreso a Bogotá. Se instala como bibliotecario de la Orquesta Sinfónica de Colombia. Continúa estudios en el Conservatorio Nacional de Música, con los profesores Gustavo Escobar Larrazabal, Jesús Bermudez Silva y Andrés Pardo Tovar, al tiempo que dirige la biblioteca del mismo conservatorio.
Se inaugura la temporada de distiniciones y becas. En 1938 sus obras Pequeña Suite para Orquesta y el pasillo Acuarela reciben el Premio Ezequiel Bernal y el Primer Premio en el Festival Iberoamericano de Música, respectivamente.
La beca, otorgada por el Gobierno Nacional, llega al año siguiente con el ofrecimiento de cubrir gastos de estudio y permanencia en París. Mejía se decide por la Escuela Normal de Música y recibe clases, entre otros maestros, de la compositora Nadia Boulanger.
El inicio de la Segunda Guerra Mundial interrumpe su permanencia en París y le obliga a hospedarse en una villa cercana donde prosigue estudios de composición con Henry Koechlin.
Resulta improbable volver a instalarse en la capital francesa. Hacerlo en otra ciudad de Europa es imposible. Decide regresar a América y llega a Río de Janeiro, Brasil donde establece contacto con algunos integrantes de la Orquesta de Jóvenes Americanos, dirigida por el maestro ruso Leopold Stokowski, radicado en Estados Unidos. La temporada de la orquesta en el Brasil ha terminado y el compositor colombiano unido a ella, viaja a Norteamerica.
Es el año de 1945. El final de la guerra coincide con el regreso de Adolfo Mejía a Colombia, específicamente a Cartagena. En unión con Guillermo Espinoza, otro músico cartagenero, funda la Sociedad Pro-Arte Musical.
En adelante alterna las labores de dirección de esa institución con las de director de la Orquesta del Instituto Musical de la Universidad de Cartagena entre 1955 y 1968, subdirector y profesor de armonía, guitarra, violoncello y dictado, a partir de 1955 hasta 1968.
Por el himno Viva Colombia...Soy Marinero, en 1965 la Armada Nacional le confirió la Orden Almirante Padilla en el grado de Caballero. De igual forma, durante el transcurso de 1970 recibe dos distinciones más, el "Premio Nacional de Música", del Instituto Colombiano de Cultura en Bogotá, y el título "Doctor Honoris Causa", de la Universidad de Cartagena.
Eehh... queridos paisanos... ¿Y no hay todavía una o varias mujeres sincenas de verdadero perrenque que merezcan estar en esta lista?
ResponderEliminarFaltan además muchos otros nombres, Eligio García, padre de Gabo (¿podrían, depaso, averiguar si Gabo nació en Sincé), Miguel Iriarte, Eduardo Arango Piñeres y pare de contar.
Plinio Garrido, sinceano radicado en New York City, autor de la novela LA REINA (AMAZON.COM)